Para Saint, Lucky y Mía,
Las verdaderas historias de amor no se buscan, te encuentran. Empiezan de repente como la nuestra, con una mochila cargada de historias y miedos, pero sobre todo amor, amor del bueno, un amor bonito y sincero.
“Unos lametazos mañaneros que son mucho mejor que un par de cafés.“
Un amor que no nada y lo da todo, que te invade el pecho, que trae pelitos en la ropa que te recuerdan que no estas sola. Unas trufillas húmedas que te hacen cosquillas pero sobre todo en el corazón. Unos lametazos mañaneros que son mucho mejor que un par de cafés. Unas miradas cómplices que dan seguridad. Unas colitas revoltosas que te hacen sentir la persona más especial. Y ese calorcito bajo las mantas, que me hacen desear que pasen rápido las horas para volver a sentirlo.
Solo me sale estar agradecida con la vida, porque haya puesto vuestras historias en mi camino y agradecida con vosotros tres, porque habéis hecho de mi un mejor ser humano para vosotros, capaz de demostraros que podéis volver a confiar, a amar sin miedo, y que la lealtad no se paga con golpes sino con amor.
Saint, Lucky y Mía, aquí ya solo hay una historia y sí es de amor, pero también de confianza, lealtad, respeto y familia, nuestra familia.
Con amor mamá.